O mejor aún, ¡comunista!
Perdonadme, pero es que me he quedado a cuadros con una crítica que he leído por aquí. Flipando en colores. Una cosa... escabrosa, por decirlo de algún modo. Que si el escritor y el director odian a las mujeres, que si son homosexuales, la presunta moralidad que se ve trastornada y dañada de una manera constante así cómo insultante, psicopatías y conducta anómala que se ve ensalzada, y ¡oh! la 'exterminación' de las mujeres. Esas diferenciaciones que bien se acercan a unas caracterizaciones lógicas, casi innatas, podríamos decir, esconden unas insinuaciones bárbaras y terribles, que son expuestas en esos enunciados peyorativos. Tan solo el idear esa historia tan impura y hereje produce alteración, sumo nerviosismo.. De ahí mí título. Quiero referirme al desvío de la atención hacia otros problemas, que además, justamente, atacan a los principios más inmediatos de esa moralidad, "alterando el orden público" (¡Disidentes!), dándoles una prioridad aplastante frente a algunas otras cosas en las que conviene a algunos que no nos fijemos, como exactamente ocurre en ese escrito. Pero me hace gracia, yo me meo de la risa. Para los curiosos, sí, es una crítica que está en esta página, está entre las 250 que se han publicado. ¡Ale, ya tienes tarea para rato!, aunque a un lector medianamente avispado no le llevaría mucho tiempo dar con a la que me refiero...
Respecto a la película, es de obligada visualización. No te dejará indiferente, acabarás con los pelos de punta e incluso algo conmocionado al final, pero para nada horrorizado y espantado si tienes una mente madura, abierta y preparada para presenciar y saborear este exquisito plato de degustación. De extensión abultada, no sentirás nada que se acerque al tedio o al aburrimiento en sus 147 minutos de duración, sino que es más, las horas se te pasarán volando. Desde los primeros minutos la película hace gala de su majestuosa dirección y de esa impecable ambientación mediante la proyección de unos fuertes compases cargados de detalles que llaman tu atención, vinculados a la búsqueda de su significación. La película, al igual que su obra, son potentes, y el filme, en particular, es tremendamente ilustrativo y despliega esa facultad en cero coma, literalmente, no dejando lugar a todo lo que no sea una profunda satisfacción que notarás en todo momento durante el visionado del largometraje. La sonorización también cobra una importancia fundamental, la melodía, esos quiebros sonoros los encuentro sumamente brillantes y son cruciales para meterte en la situación. Esa sucesión de imágenes, de flashes justo antes de que nazca Grenouille es impresionante, vibrante, brutal, de una fortaleza rompedora y muy significativa. Una asquerosidad proyectada de una manera tan realista, tan necesaria, tan sobrecogedora... tan perfecta. Algunos, que dicen que están que potan, que qué vergüenza, ay por favor, por favor, son los mismos que luego mascullan a los cuatro vientos: "A meb me guztab eb cineb, a meb me encantab eb cineb", regando cual un aspersor las inmediaciones de su perímetro, ahogándose en su propia baba, la que echan cada vez que escriben cuatro líneas de sandeces seguidas creyéndose los reyes del mambo. ¡Babosos! Te deja mudo, no es la típica película para ir comentándola con el/la de al lado a la vez que rebosas tu colosal panza engullendo ingentes dosis de palomitas, que es la parte que parece que muchos de aquí no han entendido. El avance de la historia es descriptivo y conciso, pese a los saltos en el tiempo y en la narración, todo queda muy claro. El ritmo es trepidante, creciente por momentos. Se destila ingenio, menudas actuaciones más magistrales, es un filme psicológico con grandes alardes de inteligencia. El ambiente, el mundo contemporáneo y la sociedad están tan bien representados, tan creíble todo y tan siniestro, tan a su manera espantoso... No es para nada de extrañar que esto sucediese en la realidad y que hubiese casos más escabrosos aún de los cuáles siquiera se tenga conciencia, ya que la personalidad, la forma de ser de cada uno se forma bajo los moldes de tu propio entorno. El pobre Grenouille encontró en los olores, un refugio, una evasión de un mundo hostil, cruel y asqueroso hasta degenerar en lo que degeneró, fruto de la impotencia, de la desolación de su soledad, necesidad que trataba de cubrir cometiendo esos escabrosos actos, que de paso le cubrían la necesidad de autorealización aparte de la social, de ser el punto a la orden del día de todos los lugares y que su persona tuviese relevancia por todas partes de los recónditos sugurbios de la ciudad, pequeños infiernos escabrosos creados por la sociedad, dignos de exterminio. Y eso es lo que plasma tan bien este hombre, Tom Tykwer. Maravilloso! Cabe destacar que el primer asesinato que cometió Jean-Baptiste fue sin querer, sólo trataba que la chica no gritase. Notó que de su cadáver el olor se desvanecía y quiso encontrar el método para conservarlo. No es una justificación, no se alarmen, fachillas, sino una explicación. A partir de ahí hay un cambio de ritmo y de enfoque, el obsesionado psicópata Jean-Baptiste crea el terror e impone sus reglas por así decirlo, siendo un escurridizo e invisible asesino que no deja más que cadáveres a su paso. Todo para crear el perfume perfecto, con esencias de las mujeres que mataba. cabe añadir otra aclaración má: Jean-Baptiste al principio no quiso matar (véase a la prostituta), pero al gozar una vez más de la incompresión y del desprecio decidió que ese era el mejor método, en una sociedad más tolerante quizás no se vería incentivado a hacer eso, pero volvemos al punto de partida. Las actuaciones de los personajes, las conductas que les son dadas son impagables, esos cambios de actitud observados debidos muchas veces a Jean-Baptiste, a su perfume o a su habilidad, muy significativo todo y sumamente interesante de observar. Una maravilla.
La banda sonora y las sucesiones de fotogramas incentivan a trabajar la lógica y el ingenio a la hora de relacionar los sucesos. Me acuerdo cuando se ajustició al contratador de Jean-Baptiste, injustamente, pero a la vez tan merecidamente. O esas carambolas de muertes cuando el perfumista (D. Hoffman) compró a Grenouille, y anteriormente esos violentos y bruscos asesinatos, brillantes escenas, después de todas esas interacciones económicas basadas en el trueque que tenían que ver con el muchacho. Solemne, majestuoso. Y la avaricia del anciano perfumista también encontró la horma de su zapato de una manera inesperada e irónica, casi podríamos decir. Mientras en lo que el joven se realizaba, las falsas inculpaciones, paranoias, sospechas y ajusticiamientos se adueñaban del ya de por sí podrido ambiente social, todo representado con una brillantez insuperable, ritmo trepidante e impactándote cada momento más todavía que el anterior, superándose la película por segundos y manteniendo el nivel en todo instante. Y ahí entra en juego un personaje fundamental para poner el orden entre tanta barbarie, tanta idea absurda y sandeces varias, mi adorado Alan Rickman, que tiene las cosas claras acerca de lo que está pasando y que como tal lo expone con una claridad y concisión envidiables. Personaje muy inteligente, hombre racional que es el que más aguanta frente al macabro juego de persecución del retorcido Jean-Baptiste. Impagables instantáneas cuando éste introduce en su campo visual a la hija de Antoine Richis (A. Rickman) y esas secuencias del juego del escondite en el jardín de este. Se palpa una aterradora tensión que queda en nada, pero parece que Antoine se huele algo. O eso parece. De lo que no hay duda es que la angustiosa huida que protagonizó la hija en esa opresiva persecución de esa sombra que hacía mover las hojas y sacudía los arbustos ha sido muy real... pero la joven no le ha dicho nada a su padre. Formidables segundos de grabación, tan aterradores...
Pero el inadvertible Grenouille consiguió matar a la chica, cogiendo la llave de la habitación de la hija del caserón de las afueras en el que se refugiaba la aburguesada familia Richis, huyendo del demencial psicópata, delante de las narices del elegante señor Richis, que por aquellos momentos roncaba como un jabato inmerso en un apacible sueño, para volver a dejarla en el sitio que estaba minutos después. Dolor... es lo que sintió Antoine cuando vio por la mañana que le habían arrebatado a su hija en ese plano del sol entrando en el cuarto en el que entraba Antoine, deslumbrando su horrorizado y a la vez asombrado rostro que no tardaría en torcerse y llenarse de lágrimas. Se consiguió coger al esquivo Grenouille que una vez más tenía la llave de la salvación en sus manos, una nueva manera de la que no solo podría salir nuevamente impune, sino que también someter a todo el mundo a sus pies.
Había acabado de elaborar el perfume perfecto y cuando se disponían a cortarle la cabeza en medio de la plaza con todo el populacho mirando, Jean-Baptiste sacó un pañuelo, lo roció con unas gotas de su disolución divina y lo dejó volar. El resultado fue que todos se rindieron a sus pies, del divino Creador enviado del cielo para alumbrar el camino a todos necios y a deleitarlos con su divinidad, y le empezaron a aclamar y a vitorear. Se podía distinguir cómo todos a los que les iba llegando el olor les iba cambiando su expresión de odio, inscrita en sus rostros, para dejar paso a unas inocentes sonrisas de felicidad que iban evolucionando hasta la euforia más absoluta. Los demás no entendían qué estaba ocurriendo hasta que les llegaba la ola de ese olor bendito. Y aquí llega el momento más esperado: ¿qué pasaría cuando la onda llegase a Alan, que estaba sentado en una especie de palco para presenciar el espectáculo? Pues no movió ni una ceja. Indiferencia absoluta. Se bajó y se acercó al estrado en el que iba a ser ejecutado Jean-Baptiste, que le miraba y le dijo:
-Perdóname, hijo mío.
Acto seguido se arrodilló y se puso a llorar de la manera más inconsolable que se le había visto llorar jamás a un hombre. Mientras tanto los demás, todos los hombres y las mujeres de la plaza, se sumergieron en una orgía celestial, practicando sexo y retozando de placer, fruto de esa excitación y felicidad que les provoicó aquella bendita fragancia.
Sí, el protagonista se va 'de rositas', podríamos decir. (¡Qué horror, han drogado a la justicia!) Pero no es más que un perdón oficial, pero de la inquietud existencial no es tan fácil escapar. Como bien apunta la voz en off, - maravillosas intervenciones, - Jean-Baptiste hubiera podido dominar el mundo si hubiera querido con su perfume y su sobrenatural don para los olores, pero hay una triste realidad que le asaltaba, ¡él no tenía olor propio! Así que no era alguien pleno, por no ser, no era nadie, así que optó por una salida impactante, espectacular. Un final que te deja consternado. Nunca una salida tan fácil, "por la vía rápida", había resultado tan efectista y pasmosa. Impresionante.
FAQs
¿Cómo era Jean Baptiste Grenouille? ›
Grenouille es un hombre egoísta y manipulador, tremendamente feliz cuando obtiene lo que desea, y capaz de cualquier cosa para lograrlo. Su ausencia de olor corporal lo lleva a obsesionarse con el de otras personas, una característica que identifica con sus almas.
¿Que buscaba Jean Baptiste Grenouille? ›Grenouille basa su vida en los olores, en busca del perfume perfecto que le gane el cariño y la admiración de los demás. Para ello, se esfuerza por descubrir todos los secretos de las esencias hasta convertirse en el mejor perfumista de todos los tiempos.
¿Qué descubrio Jean Baptiste cuando estuvo en la cima del Plomb du Cantal? ›Estuvo durante un año con él y luego se marcho y empezó a ganar la simpatía de los demás. Mientras estaba de camino, percibió una exquisita fragancia, empezó a buscarla y la encontró. Era un olor familiar como la otra joven que tuvo, que mató pero ésta era mejor fragancia.
¿Qué mensaje transmite el libro el perfume? ›¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir el libro el perfume? El mensaje que Patrick Süskind expresa con su novela 'El Perfume' es la necesidad de los seres humanos de estar en la búsqueda de la identidad personal; es decir de encontrar aquello que nos conducirá llenar nuestras vidas, a sentirnos plenos.
¿Qué le sucede a Jean Baptiste en el perfume? ›Incapaz de encontrar la felicidad, es asesinado por una multitud después de que se vierte su último perfume sobre sí mismo.
¿Cuántas víctimas tuvo Jean Baptiste Grenouille? ›Con el propósito de continuar sus experimentos para crear aromas humanos, Grenouille empieza a asesinar a jóvenes mujeres vírgenes. Las mata con un golpe en la cabeza, rapa su cabello y las envuelve en grasa animal para poder destilar su aroma. Así asesina a 24 jóvenes.
¿Qué pasó con Grenouille en el perfume? ›Grenouille cree que tener este poder lo hará feliz, pero cuando despliega su perfume, descubre que su odio por la humanidad eclipsa cualquier placer que experimenta por su éxito. Luego usa su perfume para suicidarse en París , destruyéndose a sí mismo y a su poderoso perfume en el proceso.
¿Jean Baptiste Grenouille es autista? ›A pesar de su naturaleza autista y bestial, el lector siente simpatía por Grenouille porque puede comprender su confusión. No es la sed de matar a sangre fría lo que lo impulsa, sino la morbosa creencia de que el último aroma lo traerá a la existencia.
¿Cuál es el conflicto principal de la novela El perfume? ›Conflicto: Como va transcurriendo la vida del protagonista llena de odio hacia a la gente por su olor entre muchas cosas al el sentirse resentido por el trato que siempre le había tenido.
¿Qué enfermedad tenía el personaje del perfume? ›Debido a su sobre desarrollado sentido del olfato, Grenouille desarrolla el "Trastorno fetichista" por los olores, que lo llevara a cometer horribles crimenes.
¿Qué trata el libro El perfume? ›
Argumento. Narra la vida de Jean-Baptiste Grenouille, «uno de los hombres más geniales y abominables de su época», que su autor ubica en la Francia del siglo XVIII. Desde su nacimiento, Grenouille descubre y percibe el mundo a través del sentido del olfato, que tiene más desarrollado que el resto de las personas.
¿Cuál es el final del libro El perfume? ›Un desafortunado día, Grenouille olfateó un olor como ningún otro en toda su vida, algo magnífico. Terminó descubriendo que provenía de una joven pelirroja, a la que terminó asesinando para poder olerla con total libertad y enfermizo disfrute.
¿Qué importancia tiene el libro El Perfume? ›'El perfume' es la historia de un hombre con un olfato prodigioso que busca su propio olor. Una novela que nos lleva a reflexionar sobre el poder de las apariencias y la importancia que tienen los demás sobre nosotros.
¿Cuál es una buena oración para el perfume? ›El salón olía al perfume de su madre . Había dos limoneros y me detuve a disfrutar de su perfume. Las flores comenzaron a perfumar el aire. Mientras se hornean, perfuman toda la casa con el aroma de manzanas y especias.
¿Cómo era la sociedad en la película El Perfume? ›Los escenarios de esta película son un retrato fiel de Paris en el siglo XVIII, reconstituyendo a la perfección el drama social vivido por las clases más bajas que vivían bajo una pobreza extrema, en contraste con la vida suntuosa de la nobleza y de la burguesía, la mentalidad de la sociedad parisina y uno de los ...
¿Cómo era Grenouille fisicamente? ›Jean-Baptiste Grenouille. Físicamente, es un muchacho escuálido, feo, jorobado y con un pie deforme. No conoce (ni muestra interés por hacerlo) las leyes morales que atañen a los hombres. No le importa asesinar, lo ve algo necesario para llevar a cabo sus objetivos.
¿Qué enfermedades tuvo Jean-Baptiste? ›Por lo que Jean es diagnosticado con Esquizofrenia indiferencial ya que presenta síntomas que incluyen: perturbación del pensamiento, delirios, alucinaciones, incoherencia y conducta deteriorada gravemente.
¿Cuántos años tenía Grenouille? ›Cuarta parte: Capítulo 51: Corresponde al regreso a París y muerte de Grenouille, hecho que ocurre el 25 de junio de 1767 a los 28 años.